Esta corrupción no es mía. La ‘táctica del avestruz’ del PP madrileño

Las tramas de corrupción que envuelven al PP en la Comunidad de Madrid están llegando a un grado de obscenidad que nos meten de lleno en el terreno del esperpento. Llevamos muchos años sufriendo el incesante goteo de informaciones que han ido dibujando y engordando el mapa de la corrupción del gobierno regional: Gürtel, Fundescam, Tarjetas Black, Púnica… Hemos asistido a imputaciones, detenciones y procesos de alcaldes, diputados regionales, consejeros autonómicos, etc. hasta llegar al expresidente del partido. Cada vez que la historia se repite, la farsa adquiere nuevos aires de tragedia.

Y sin embargo, nunca está todo dicho en lo que se refiere a corrupción y PP, siempre parece haber espacio para otra vuelta de tuerca. Las últimas informaciones sobre la trama Púnica revelan la irrupción de Salvador Victoria, Consejero de Presidencia y hombre de confianza de Ignacio González en la Comunidad de Madrid, como estrella rutilante en el firmamento de presuntos corruptos del PP madrileño.

Es reveladora esa grabación, en poder del juez según diversos medios, de una conversación entre Martínez Nicolás, ex Consejero Delegado de ICM, y Santiago Roura, Director General de Indra. ICM es la empresa pública creada por la Comunidad de Madrid para gestionar sus necesidades informáticas, e Indra es su principal proveedor. Al parecer Martínez Nicolás pidió a Roura que se hiciera cargo de una deuda que la Comunidad de Madrid tenía con un proveedor y como Roura se hizo el remolón y no pagaba, volvió a llamarle para advertir que el consejero, Salvador Victoria, estaba muy “enfadado” con el retraso del pago. Pocos días después este se hacía efectivo, al perecer.

Red clientelar

Lo que trasluce esta conversación, por el método, el tono y las palabras utilizadas, es algo que podíamos suponer pero cuya constatación desafía nuevamente nuestra capacidad de sorpresa. El Gobierno de Madrid lleva años actuando al mas puro estilo mafioso. Como en el Padrino de Puzzo, han tejido una red clientelar que les sujeta y protege. Como el Padrino, si te acogen en su regazo se preocupan por ti, sólo piden a cambio lealtad y que si un día te llaman porque necesitan algo, atiendas la llamada. Y si no lo haces se enfadan, lo que debe ser muy grave a juzgar por la celeridad con que Roura actuó tras la advertencia oficial.

Lo que ciertos enfoques informativos a menudo subestiman, es que todos estos chanchullos se hacen con dinero público y que esta red clientelar se teje a base de externalizar y privatizar servicios públicos. Corrupción y recortes, mafia y pérdida de derechos, no son dos problemas distintos, son una misma tragedia para madrileños y madrileñas. El mantra de que lo privatizado ahorra costes, debe ser revisado. Después de todo, habría que preguntarse cuanto está ganando de más, en este caso Indra, para que no le importe satisfacer una factura de 10.000€ que no es suya. Habría que preguntar también cuánto nos ahorraríamos los madrileños si las adjudicaciones se realizaran limpiamente en un régimen de sana competencia. O incluso más allá, cuanto nos ahorraríamos si en vez de externalizar servicios y despedir trabajadores públicos, los trabajos los realizara personal de la Comunidad de Madrid.

La estrategia del avestruz

Ante este panorama, los máximos dirigentes del partido en Madrid, su Presidenta Esperanza Aguirre y el Presidente del Gobierno autónomo, Ignacio Gónzalez, lejos de asumir responsabilidades políticas por haber inundado la Comunidad de Madrid de cargos corruptos, se presentan como víctimas de la deslealtad de sus subordinados. Como niños pequeños, que tapándose los ojos creen no ser vistos. Pero para su desgracia la estrategia del avestruz genera cada día más indignación y hambre de cambio.

Lo que este gobierno debería hacer si tuviera vergüenza sería dimitir, dejar los cargos, marcharse a un retiro discreto y allí cruzar los dedos para que las políticas sean las únicas responsabilidades que deban admitir. Porque mientras un juez no añada más cargos, son ya culpables de este desastre al menos por omisión, por no saber o no querer actuar, por mirar hacia otro lado. No pueden dejar de reconocer al fruto de sus entrañas, este monstruo no ha crecido solo. A medida que el círculo se estrecha más y más a su alrededor, es cada vez más difícil pensar que todo pueda terminar sin responsabilidades penales al más alto nivel.

No se pierdan el siguiente capítulo, a la misma hora pero en otro canal, porque Telemadrid quizá no narre la trilogía completa.

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