Menos nazis (II). Brutalidades televisivas de trazo grueso.

Sobre el lenguaje en la Alemania nazi. George Steiner,”Lenguaje y Silencio”:

“Los nuevos lingüistas estaban siempre preparados para hacer del idioma alemán un arma política más absoluta y efectiva que cualquier otra conocida por la historia, para degradar la dignidad del habla humana y reducirla al nivel del aullido de los lobos”

Telemadrid otra vez en los papeles

La “zombi” Telemadrid, Telemadrid, la difunta, con una audiencia residual y con cientos de miles de madrileños sacándola de su dial y de su mando a distancia: Telemadrid, otra vez en los papeles. Esta vez, a costa de los nacionalismos catalán y vasco, a los que ha tildado de “nazis”. Al parecer, por su política lingüística y su “torticera” utilización de las palabras, según se dice en el reportaje del espacio Zoom, emitido en los Telenoticias invisibles en Madrid.

Otra vez Telemadrid en los papeles, para escarnio y vergüenza ajena de los madrileños que alguna vez tuvimos una Televisión Pública que respetaba todos los principios que la crearon: el pluralismo, la neutralidad, la objetividad, el deber de dar voz a todos los ciudadanos, independientemente de creencias políticas, ideológicas o religiosas. Vergüenza ajena para los que algún día formamos parte de una redacción informativa que fue un ejemplo de oficio periodístico y pluralidad informativa. En nuestro currículo quedará que fuimos despedidos por negarnos a manipular. Un punto a favor de la profesión de periodista.

No hace falta comentar el espacio informativo al que me refiero. Se comenta solo. Utilizar imágenes del nazismo o el estalinismo para hablar de Cataluña o Euskadi es una de esas brutalidades televisivas de trazo grueso, a las que nos tienen acostumbrados los actuales directivos de Telemadrid. Esos mediocres que no saben nada de información televisiva (ni de ninguna clase), y que llevan desde 2003 utilizando la televisión pública, cada día, al servicio del partido que gobierna en Madrid, el Partido Popular. Ahora, también, en el gobierno estatal.

Brutalidades televisivas de trazo grueso

Hace poco escribí en este blog el artículo “Menos nazis” y me duele tener que volver a titular igual (segunda parte), pero es que los que siguen los argumentarios que salen de la sede del PP han decidido secundar a pies juntillas esa “moda” de tildar de “nazis” a todo aquél que discrepe de las líneas que marca el status quo actual: los que protestan contra la privatización de la Sanidad madrileña, los que gritan contra el fin de los servicios sociales, deportivos, asistenciales, los que van a los escraches contra la política de desahucios hipotecarios, los que simpatizan con los movimientos del 15-M… Todos nazis. La carga de la prueba, contra la víctima; no contra los verdugos. Si alguien protesta o discrepa en este país, es un nazi.

No es difícil adivinar los motivos de la difunta Telemadrid (y sus inspiradores) en arremeter, como siempre ha hecho, contra los “nazis” de Cataluña o Euskadi: con una crisis sin remedio aparente, un paro de más de 6 millones de personas y muy pocas respuestas del gobierno para cortar la sangría, la única manera de arañar votos de los cada vez menos convencidos seguidores es tirar del “tótem España”. Ningún desastre será mayor, según éstos talibanes de lo español, que la ruptura de Es-Pa-Ña. España desahuciada, parada, sin libertades y privatizada: pero ESPAÑA, al fin y al cabo.

Desde 2003, con la llegada de Esperanza Aguirre a la Comunidad de Madrid, ésta periodista puede afirmar (cito mi blog): “que la información nacional se convirtió- y son palabras textuales de un directivo de esta mísera época- en una bomba incendiaria. “Aquí no manejamos información”- le espetó el Director de Informativos a una compañera de la redacción- “aquí manejamos material incendiario”. “A Pilar Manjón, ni agua”, oí yo misma en una reunión de contenidos.

Sin ningún complejo, los jefes de esta redacción iban desgranando su filosofía de lo que es para ellos el periodismo: “Nosotros trabajamos para quien nos paga”. “Si quieres voces críticas, pon la SER”. Zapatero, Obama, Palestina, la interrupción del embarazo, la píldora post-coital, los indignados, la izquierda abertzale, el nacionalismo catalán, el PSOE, IU, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las víctimas del terrorismo que no fuesen de la AVT…todo lo que se alejase de su ideario dejó de tener, en Telemadrid, el derecho a ofrecer su versión.

Notable fue el cambio que se vivió en torno a la crisis económica, que comenzó siendo la plaga a la que Zapatero nos había abocado, y que se tradujo en cientos de noticias, reportajes, editoriales, intervenciones de expertos y tertulianos a sueldo….para pasar a ser -tras la llegada de Rajoy- una letanía de informaciones oficiales no comentadas, sin derecho al reportaje. Sin complejos. En una televisión pública, no lo olvidemos.

Atentados del 11 de marzo de 2004

“Hubo un antes y un después en esta Redacción de Informativos: el 11 de marzo de 2004. Los atentados en los trenes de Madrid les quitaron la careta a nuestros gestores informativos y nos ofrecieron la peor cara de lo que no es, en el mejor y más noble sentido, la profesión periodística. Ocultamiento de las declaraciones no queridas por la casa, manipulación pura y dura, mentiras historiadas, seguimiento al pie de la letra de las teorías conspiranoicas”.

Otra vez estuvimos en los papeles, por un Especial que se llamó “Cuatro días que cambiaron España”, y que, además de seguir la teoría de la autoría de ETA, utilizó un anagrama etarra encadenado sobre las imágenes de las concentraciones el 13 de marzo ante la sede del PP en la calle Génova y otros lugares de Madrid contra las mentiras que el gobierno Aznar vertió aquellos días sobre los atentados. La manipulación puede ser sofisticada, pero en este caso, lo burdo predominó sobre lo sutil. Ciudadanos normales y corrientes que protestaban… bajo un anagrama de ETA. Muy sutil. Como ahora.

Cataluña: la “bestia negra” de los informativos de Telemadrid

La política informativa en relación a los independentismos catalán y vasco siempre ha sido la de la criminalización. Muerta ETA, sin Euskadi como proveedora de noticias antiespañolas, Cataluña se convirtió muy pronto en la “bestia negra” de los informativos de Telemadrid. Todas las denuncias sobre la escolarización, en catalán o castellano, tuvieron eco en Telemadrid, desplazando equipos a Cataluña para dar voz, por supuesto, a los únicos afectados que les interesaban. Nunca se dio voz a la otra parte. Pero esto vale para todo. Pluralismo, cero.

Cataluña es uno de los iconos que Telemadrid utiliza para azuzar a un electorado muy descontento con las políticas de su partido, el PP. Llamar Lleida a Lérida o Girona a Gerona o gelats a los helados puede ser motivo de noticia en Telemadrid. Sería para reír, si no fuese patético. Pero nunca llegaron a tanto como ahora. Llamar “nazi” a todos los que apoyen mayores cotas de independencia-por vías pacíficas- incluido al presidente de una comunidad autónoma, debería estar penado por la ley. Pregunten a los alemanes.

Los periodistas que elaboran este tipo informaciones en Telemadrid, o son convencidos, o siguen escribiendo a las órdenes del talibán de turno. Una tristeza de oficio, la del escribano no convencido. Por un salario, mejor dedicarse a otra cosa. A la propaganda, quizás, o a la publicidad.

ERE ideológico

Decenas de periodistas de la redacción de Informativos de Telemadrid dimitieron o fueron cesados de sus cargos de responsabilidad desde 2003 hasta 2012. Decenas de periodistas dejaron de firmar sus informaciones, porque nuestra no-firma era una forma de decirle a los madrileños que nos daba vergüenza lo que estaban haciendo con su televisión pública, esa que aunó un día a la ciudadanía y a las buenas críticas por la imparcialidad de sus informativos.

Hoy, la gran mayoría de esos periodistas están en el paro, después de un ERE salvaje que ha sido declarado improcedente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, porque fue presentado por unos motivos económicos no probados. La mayoría de los periodistas que hemos sido despedidos nunca participamos en esos akelarres contra los nacionalistas, los catalanes, los vascos, las víctimas del 11 M, los miles de personas que se manifestaron en Sol el 15 de Mayo de hace dos años, o todos aquellos que pusieron en algún momento en entredicho la supresión de libertades o la privatización de servicios esenciales que nos ha costado mucho conseguir.

Escribo esto por todos mis amigos catalanes, que, seguro, no creerán que yo, madrileña, les llamaría nunca nazis. Podremos discutir y disentir, podremos estar de acuerdo o no, pero hay fronteras que nunca deben cruzarse en una conversación, en un debate. Mucho menos en una televisión pública. Me pregunto de quién es “el aullido de los lobos”

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